Todos tenemos capacidad de observar y dejarnos extasiar por la naturaleza, por una flor, un paisaje, las montañas, el cielo, el mar… y es como caer en un sorprendernos de cómo conectamos con ese SER superior que habita en nosotros. Es aprender a valorar lo que me rodea, pues me habla de la Presencia de Dios.

Cuando pierdes contacto con la paz interior, pierdes contacto contigo mismo y eso hace que te pierdas en el mundo”.  Entonces, la sabiduría radica en no perder la conexión del mundo externo, la naturaleza, de todo lo que te rodea con tu esencia más profunda, tus anhelos y deseos profundos, pues de esta unión emergerá una mejor versión de ti mismo.

¿Por qué te sientes atraído por un atardecer? ¿Por qué nos quedamos sin palabras ante la ternura de un bebé o un cachorrito? ¿Por qué podemos sentirnos como una gota que se une en el mar infinito?.. Porque nuestra sabiduría interior reconoce que estamos hechos para lo infinito, para experimentar el amor, para sentir la calma y tranquilidad de los cielos. Valorar el mundo que nos rodea, requiere que empecemos a valorar nuestro mundo interior.

Y si admiramos y valoramos la creación de Dios en la naturaleza, de cómo ese Ser Superior se manifiesta en las montañas, en la tormenta, en los cielos, en el mar…hoy te invito a que te preguntes: ¿De qué forma se está manifestando Dios en ti?