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IGNORAR UNA EMOCIÓN

¿Qué pasa cuando ignoramos las emociones? Cuántas veces queremos ignorar una emoción por no saber cómo tratarla, o como expresarla sin perder el control. Recordemos que las emociones en sí mismas, son las señales que nos traen un mensaje interno de que algo dentro de nosotros necesita ser atendido. Si aprendemos a escucharlas y a dialogar con ellas, nos abrirán un nuevo horizonte vital, lleno de serenidad y mayor compresión de quiénes somos.

Cuando no sabemos qué hacer con ellas, cuando no hemos aprendido a ver qué necesidad nos señalan y cómo resolverlas, se convierten entonces en sufrimiento, dolor, angustia, estrés. Cuando Ignoramos una emoción, nos perdemos del maravilloso mensaje que nos trae, como el enojo que es defender, el miedo nos enseña a proteger, la tristeza nos enseña a valorar. Vamos a trascender esos mensajes, a ir más allá de la dimensión física.

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Norberto Levy nos enseña que hay señales en el estado de ánimo agradables “pues nos informan de lo que “tenemos”, como la alegría, la gratitud, la confianza o la solidaridad. Otras nos informan acerca de algo que nos falta, como la tristeza, el miedo, la envidia o la culpa.”  Éstas no son tan agradables y aunque también nos dan mensajes muy importantes, nos causan sufrimiento y tratamos de dominarlas, o a veces ignorarlas, o evadirlas.

La mente y las emociones no son opuestas, sino al contrario, se complementan y de ahí viene la madurez emocional o Sabiduría de las emociones.