Experimentar envidia, tristeza, miedo o ira es tan natural como respirar. Existen determinadas emociones que son inherentes a la condición humana, aunque en algunas ocasiones nos avergüence experimentarlas. Querer controlar lo que sentimos en todo momento es una batalla perdida de antemano por mucho que nos empeñemos.

Al iniciar tu meditación, date cuenta cómo te sientes emocionalmente, sin juzgar ni querer cambiar, simplemente reconoce tu estado emocional y desde ahí, desde la sinceridad y humildad, desde la congruencia, haz silencio en tu mente, pues al hacerlo… YA estás meditando. En ese espacio de silencio, es cuando conectas con tu verdadero Ser Interior.