Hay quien señala que el mundo se distingue entre personas emocionales y personas racionales, y todos tenemos las dos capacidades. Las emociones, aunque nos sorprenda, están detrás de todas y cada una de nuestras acciones y también, tras cualquier proceso mental. Toda decisión, toda actuación en apariencia lógica y racional tiene detrás un componente emocional. Somos lo que pensamos, pero por encima de todo, somos lo que sentimos. Hay quienes se dejan guiar en la expresión o más por la emoción y quieres se dejan guiar por la razón. Las emociones también son lógicas y racionales, son nuestro motor cotidiano. Saber entenderlas, manejarlas y usarlas a nuestro favor hará que tengamos una mejor calidad de vida.

el silencio de la meditación, observar, aceptar y decidir qué hacer con los pensamientos pues influyen en nuestra toma de decisiones y nuestro actuar en la vida. Por ello, date cuenta de los “debería”, “hubiera”, “dicen que debo…” pues son un tipo de abuso mental del que no siempre somos conscientes. Darnos cuenta de nuestro diálogo interior es una herramienta maravillosa para elegir los pensamientos que nos den la capacidad de tomar decisiones por nosotros mismos, ser conscientes del medio que nos rodea, tener una sensación de que vamos avanzando en crecer personalmente, aceptarnos y querernos como somos hoy, darle sentido a cada cosa o situación en nuestra vida, y esto nos ayudará a disfrutar con gente enriquecedora en nuestra vida.

Y recuerda, emociones y pensamientos son inseparables, como dice Blas Pascal: “El corazón tiene razones que la razón no entiende”.