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ALEGRÍA QUE DA VIDA

La alegría es una emoción básica y, al igual que el resto de emociones, posee una función adaptativa. Nos invita a sonreír, a curiosear y a explorar nuestro entorno. Estar contentos nos produce una sensación de expansión en el pecho. Así, es posible que la propia activación fisiológica asociada refuerce la sensación de estar sonriendo y compartiendo la alegría con los demás.

Vivir sin alegría no es vivir, es sobrevivir. Cuando andamos en piloto automático, en la rutina diaria que ni cuenta nos damos, sin esa ilusión que hace cosquillas en nuestra alma y en el corazón, nos limitamos a flotar en el agua donde ya no caben las ilusiones, los sueños o las segundas oportunidades. Vivir sin alegría es limitarnos a sobrevivir sin entusiasmo, sin motivación, sin energía… camino a la frustración.

Johnmarshall Reeve, profesor de psicología positiva de la Universidad de Melbourne dice que la alegría es sinónimo de bienestar psicológico ya que podemos experimentarla en pequeños detalles del día a día. Podemos reinventarnos tantas veces como sea necesario.

“Ser feliz no significa que todo sea perfecto. Significa que estás decidido a disfrutar los pequeños detalles, sin importar las imperfecciones”   -Anónimo-

La alegría nos ayuda a mantener el equilibrio cuerpo-mente-alma y nos permite recuperarnos del estrés de nuestra vida diaria. La alegría es una emoción expansiva que se forma de pequeños momentos que te pasan a lo largo del día y por ello surge desde lo más profundo de nuestro corazón.